Reconocimiento Nacional a GACETA VIRTUAL

Reconocimiento Nacional a GACETA VIRTUAL
Feria del Libro Ciudad Autónoma de Buenos Aires-Año 2012

Rediseñada para ofrecer una mayor difusión de la escritura en castellano.

Dirección: Norma Segades - Manias
directoragaceta@gmail.com

NÚMERO FEBRERO 2017

 GACETA LITERARIA Nº 122– FEBRERO de 2017– Año XI – Nº 2






IMÁGENES
ROBERTO MAMANI MAMANI
(Bolivia)

PÁGINA 1 – REFLEXIONES

EDUARDO GALEANO
(Uruguay/1940-2015)

LA NATURALEZA NO ES MUDA

El mundo pinta naturalezas muertas, sucumben los bosques naturales, se derriten los polos, el aire se hace irrespirable y el agua intomable, se plastifican las flores y la comida, y el cielo y la tierra se vuelven locos de remate.
Y mientras esto ocurre, un país latinoamericano (Ecuador) está discutiendo una nueva Constitución. Y en esa Constitución se abre la posibilidad de reconocer, por primera vez en la historia universal, los derechos de la naturaleza.
La naturaleza tiene mucho que decir, y ya va siendo hora de que nosotros, sus hijos, no sigamos haciéndonos los sordos. Y quizás hasta Dios escuche la llamada que suena desde este país andino, y agregue el undécimo mandamiento que se le había olvidado en las instrucciones que nos dio desde el monte Sinaí: “Amarás a la naturaleza, de la que formas parte”.

UN OBJETO QUE QUIERE SER SUJETO

Durante miles de años, casi toda la gente tuvo el derecho de no tener derechos.
En los hechos, no son pocos los que siguen sin derechos, pero al menos se reconoce, ahora, el derecho de tenerlos; y eso es bastante más que un gesto de caridad de los amos del mundo para consuelo de sus siervos.
¿Y la naturaleza? En cierto modo, se podría decir, los derechos humanos abarcan a la naturaleza, porque ella no es una tarjeta postal para ser mirada desde afuera; pero bien sabe la naturaleza que hasta las mejores leyes humanas la tratan como objeto de propiedad, y nunca como sujeto de derecho.
Reducida a mera fuente de recursos naturales y buenos negocios, ella puede ser legalmente malherida, y hasta exterminada, sin que se escuchen sus quejas y sin que las normas jurídicas impidan la impunidad de sus criminales. A lo sumo, en el mejor de los casos, son las víctimas humanas quienes pueden exigir una indemnización más o menos simbólica, y eso siempre después de que el daño se ha hecho, pero las leyes no evitan ni detienen los atentados contra la tierra, el agua o el aire.
Suena raro, ¿no? Esto de que la naturaleza tenga derechos... Una locura. ¡Como si la naturaleza fuera persona! En cambio, suena de lo más normal que las grandes empresas de los Estados Unidos disfruten de derechos humanos. En 1886, la Suprema Corte de los Estados Unidos, modelo de la justicia universal, extendió los derechos humanos a las corporaciones privadas. La ley les reconoció los mismos derechos que a las personas, derecho a la vida, a la libre expresión, a la privacidad y a todo lo demás, como si las empresas respiraran. Más de ciento veinte años han pasado y así sigue siendo. A nadie le llama la atención.

GRITOS Y SUSURROS

Nada tiene de raro, ni de anormal, el proyecto que quiere incorporar los derechos de la naturaleza a la nueva Constitución de Ecuador.
Este país ha sufrido numerosas devastaciones a lo largo de su historia. Por citar un solo ejemplo, durante más de un cuarto de siglo, hasta 1992, la empresa petrolera Texaco vomitó impunemente dieciocho mil millones de galones de veneno sobre tierras, ríos y gentes. Una vez cumplida esta obra de beneficencia en la Amazonia ecuatoriana, la empresa nacida en Texas celebró matrimonio con la Standard Oil. Para entonces, la Standard Oil de Rockefeller había pasado a llamarse Chevron y estaba dirigida por Condoleezza Rice. Después un oleoducto trasladó a Condoleezza hasta la Casa Blanca, mientras la familia Chevron-Texaco continuaba contaminando el mundo.
Pero las heridas abiertas en el cuerpo de Ecuador por la Texaco y otras empresas no son la única fuente de inspiración de esta gran novedad jurídica que se intenta llevar adelante. Además, y no es lo de menos, la reivindicación de la naturaleza forma parte de un proceso de recuperación de las más antiguas tradiciones de Ecuador y de América toda. Se propone que el Estado reconozca y garantice el derecho a mantener y regenerar los ciclos vitales naturales, y no es por casualidad que la asamblea constituyente ha empezado por identificar sus objetivos de renacimiento nacional con el ideal de vida del “sumak kausai”. Eso significa, en lengua quichua, vida armoniosa: armonía entre nosotros y armonía con la naturaleza, que nos engendra, nos alimenta y nos abriga y que tiene vida propia, y valores propios, más allá de nosotros.
Esas tradiciones siguen milagrosamente vivas, a pesar de la pesada herencia del racismo que en Ecuador, como en toda América, continúa mutilando la realidad y la memoria. Y no son sólo el patrimonio de su numerosa población indígena, que supo perpetuarlas a lo largo de cinco siglos de prohibición y desprecio. Pertenecen a todo el país, y al mundo entero, estas voces del pasado que ayudan a adivinar otro futuro posible. 



PÁGINA 2 - POESÍA ARGENTINA: SANTA FE

HÉCTOR BERENGUER 

EL OTRO

Hay muchas vidas dentro de una vida
Algo que corre en los espejos una luz sin dueño 
Cada uno tiene su noche de Walpurgis
por una extraña conjunción de espacio y tiempo
Se nace hombre o mujer un día y a una hora
en la casa común de todo humano
Una improbable identidad nos da la convicción de ser los mismos
Pero bien podría ser de otra manera. 
Ser el primer día después de una vida o un siglo antes de nacer
y uno está feliz, porque acaba recién de descubrirse
El tiempo oculta siempre sus secretos como amnesia
Sin embargo hay días en que el espanto nos cruza la mirada
como si al pasar y de manera involuntaria
nos diéramos cuenta lo que faltaba.
Que somos iguales
pero algo imposible de pensar, evitó que nuestras vidas se cruzaran 
Yo no sé quién de los dos, le pondrá fin a estas palabras.

SANDRA GUDIÑO 

MUJER DESAPARECIDA

Adverbio sin conjugar
en la cara del verdugo, 
fuga la inocencia sin misericordia 
por el pasillo de tu noche 
y te contempla caída. 
Bóveda de huesos abandonada 
el olvido trepa por las venas secas 
y de tu boca cae la sal 
de una sola lágrima. 
Descubres que es real lo que ya no existe. 
Rompecabezas sin piezas para armar.
La piedad sin ira en el bolsillo 
alimentó tus últimas gotas 
del tiempo a contraluz. 
Vagamente guardan tus pestañas 
la causa de tu causa vacía. 
La libertad tiene sueño 
En tu sueño dormido. 
Poco queda de tí: pelos, uñas. 
Un recuerdo hecho sombra 
en la sombra de tu aliento, 
hilachas de la piel, encanecidas, 
nostalgias del rostro extraviado 
en el rostro de rodillas frente al espejo. 
Libélula sin nombre, entumecida. 
Nada, o casi, 
Los ojos de los hijos de tus hijos 
recorrerán las calles, buscándote. 


Te reconocerás en el barro de esa huella.

ARIEL GIACARDI

NI UNA SOLA RAZÓN
Islas Malvinas, abril de 1982

La letanía roja de las balas,
la metralla glacial de la ventisca,
el zumbido plural de los misiles
y un cielo de relámpagos.
Estaba frente a mí, lunado el rostro,
hincado en el dolor pero sin súplicas,
orgulloso y agónico
como el sol cuando cae
sobre el ardiente lecho del ocaso.
No supe qué preguntas el acero
de tus ojos me hacía,
ni comprendí el idioma que alentaba
en tus temblores últimos, soldado.
Yo tampoco sabía cuál designio
nos congregó en las mismas emboscadas,
igualados por yermas
latitudes incógnitas,
ni quién nos puso el odio entre los brazos.
En tu país, una mujer de hierro
buscando perpetuarse, y en el mío
los testaferros dóciles del águila
con sus puños mesiánicos.

Estaba frente a mí, como un reguero
de sangre única, total y anónima,
y dejé de apuntar a su inocencia
sumergida en el fango.
Me volví y caminé pausadamente
hacia el fragor que me pertenecía.
No había en los anales del desquicio
ni una sola razón para matarlo.

ROSARIO ALARCÓN

SIMPLEZA 

A primera vista
tus ojos cerrados
y el contorno tibio,
de tu boca.
A primera vista...
la sombra de tu barba
amanecida. 
La cama destendida.
Después...
el color de tu mirada
somnolienta
y clara.
Después...
comienza el día.

JORGE ISAÍAS

A LOS AMIGOS

No cambiaré a
mis amigos
justamente ahora
cuando llegamos a
un puerto tan seguro 
como esta desesperanza continua.
 
No los cambiaré ahora
cuando el
amanecer se aleja
y aquellas llamas altas no nos pertenecen
y apenas somos dueños de ese ocre
que nos roba el crepúsculo.
No cambiaré sus vicios,
sus astucias un poco infantiles
ni sus preferencias por las mujeres hermosas el vino tinto
o las pasiones inútiles
—utopías enmarañadas de algas
ganadas por el óxido que termina
matando los barcos—.
No cambiaré a mis amigos
ahora, justamente ahora
que están cerca de saberlo todo
y nos hallamos junto al fuego
en esa cueva común
que hemos abierto entre todos
con las manos sangrantes
y que nos preserva de todas las pestes. 
Si es cierto que —como dice uno de ellos—
somos los últimos que creímos en algo
no importa que no haya servido y todo se lo hayan montado.
Por eso mismo, mis amigos han valido la pena.
Ellos saben que nosotros escribimos el principio de los / tiempos
y cantaremos el fin de las civilizaciones.
 
En el medio queda el tiempo de los políticos
es decir la contingencia
la estupidez

el sinsentido.

VERÓNICA CAPELLINO

SUSURROS EN TU CORAZÓN DE PÉTALO 
A mi hija

Te dirán que fuiste mala
o que alguna vez anterior
lo has sido
perversa   te dirán
y no les creas
que antes     mucho antes
del cronista asalariado
y sus mentiras
ya acariciábamos mejillas
de flor de duraznero
ya cerrábamos los ojos
de los muertos
ya conocíamos los nombres
de las hierbas curativas.
Alguna vez te dirán, para insultarte,
                    bruja
no te intimides y sigue sintiendo y  presintiendo
                   adivinando
la intuición es tu hermana        tu doble
                   -todas las brujas la tenemos-
dale crédito a tu hermana
a tu ángela guardiana       la de  poros abiertos
sabedora de la arquitectura 
de la rosa y  su verano
la que conoce los olores que delatan
las lluvias venideras
No dejes que te digan    te crean    te convenzan
jamás        Bella Durmiente
que la belleza es migratoria    pajarera 
y que ningún beso te despierte
irás  por decisión de la sangre
serás quien vaya  al beso
pero sola despertarás
a las hogueras que encender
a los incendios que apagar
a  tiempo y sola despertarás
a  tu trabajo cotidiano 
de hacer del mundo  un  sitio habitable.
A esta altura de madre
ya habrás tomado la temperatura
de mis certezas y mis miedos
sabrás que todo lo que aquí conté
todo lo que aquí ha sido nombrado
todo lo dicho    todo lo que no pude decir
porque obstinada busco aún
los sustantivos    y los verbos
es un largo susurro    niña de mis ojos
en tu corazón de pétalo
niña de tu madre   un largo susurro
de todas las mujeres    que antes de ti
hemos sido.



PÁGINA 3 – ENSAYO

ANTONIO ACEVEDO LINARES
(Colombia)

INTRODUCCIÓN A UNA POÉTICA

La poesía debe ser fundamentalmente una exploración del lenguaje y no hay porque quedarse forzosamente en las formas clásicas y tradicionales de escribir poesía. La poesía es una seducción de las palabras donde hay que hacer estallar el lenguaje y arriesgar una metáfora para crear un universo.
La poesía moderna se ensambla con los materiales, las formas y expresiones menos poéticas o propias de la poesía. Es un híbrido que se nutre de otras expresiones del lenguaje donde hay textos que son el resultado del ensamble entre el poema y el ensayo, entre la narrativa y el poema. Las fronteras que separaban los géneros de la creación literaria se han borrado desde hace mucho tiempo. Los muros de Berlín de la poesía también han sido derribados. Las vanguardias poéticas crearon textos de la más absoluta belleza e imaginación bajo el postulado de estos experimentos estéticos.
El poeta contemporáneo no puede ser ajeno a estas prácticas poéticas. Los temas de la poesía, desde los juglares medievales hasta nuestros días, han sido siempre los mismos: el amor, la vida, la muerte pero en cada época, bajo una sensibilidad nueva de escribirlos, los hace distintos. La poesía tiene que purificar el lenguaje de las formas anacrónicas, los lugares comunes, las frases hechas, la obviedad, el sentimentalismo agrario, la retórica, la oratoria, la imagen sin trasfondo humano o estético, la metáfora simplista. La poesía se escribe bajo las múltiples coordenadas del lenguaje que tiene muchas aristas, desde una poesía coloquial, conversacional, narrativa hasta una poesía de atmósferas creada con el poder de las palabras en imágenes audaces. Ninguna puede considerarse ni mejor o peor en detrimento de otra. La poesía tiene muchos caminos para llegar el cielo o al infierno. En la búsqueda por adquirir una voz propia la exploración del lenguaje debe ser un principio estético y ético que oriente el poeta porque es necesario que la poesía acceda a la modernidad (la poesía que no acceda a la modernidad está pérdida) y sea el canto propicio en este tiempo también de los asesinos.
La poesía en Santander (Colombia) ha alcanzado en las últimas generaciones un alto grado de desarrollo del lenguaje, que ya bordea los límites de la modernidad. Los jóvenes poetas de la generación de fin de siglo que han surgido en las últimas décadas tienen en sus textos una atmósfera poética creada por un lenguaje limpio, diáfano, despojado en un tono asordinado de una poesía que se escribe sin estridencias. La poesía erótica, amorosa, social o lírica bajo una atmósfera filosófica o existencial o urbana es una constante en la actual poesía en Santander. Se explora en el lenguaje con textos que trascienden los géneros y hay una búsqueda por alcanzar la plenitud de la palabra en una escritura que hace un diálogo por el interior de sí mismo, se intenta desflorar la metáfora en imágenes oníricas y se arriesga un verso para crear un mundo. Son textos o poemas que están en la corriente de la poesía moderna y son la memoria viva de la existencia del poeta.
Es significativo señalar que en la última década se ha originado en la ciudad una prolífica actividad poética y un auge por la actividad literaria en general donde se asiste a talleres de poesía y cuento principalmente, sin descartar la novela. Los novísimos escritores se están formando alrededor de estos círculos literarios en el Instituto Municipal de Cultura y en la Universidad Industrial de Santander.
La poesía en Santander ha tenido una larga tradición, no obstante, el rescate y valoración del patrimonio literario de la región está por realizarse por parte de las entidades y organismos culturales y académicos. Los poetas contemporáneos somos también herederos de una poesía escrita en la región aunque a veces no se reconozca porque nos creemos muy universales y pensamos que en la aldea no puede surgir la modernidad.
En la ciudad también contamos con poetas que aunque no nacidos en el departamento viven desde hace muchos años en estas tierras en donde ya han echado raíces y cosechado una obra poética moderna. La poesía más allá de la imaginación y de la inteligencia es una cuestión de lucidez. Rimbaud dirá que es una cuestión de ser vidente. El poeta es un visionario que ve más allá de las cosas que ve el resto de los mortales y los sismógrafos, como diría Huidobro, registran su paso por el mundo. 

SOCIEDAD DE LOS POETAS

Sociedad de los poetas, es una pequeña muestra de la poesía escrita por los jóvenes santandereanos nacidos en la década de los años cincuenta y sesenta que han asumido la poesía como un ejercicio de la lucidez, ternura y amor por la palabra. Una poesía que bordea los límites de la modernidad escrita con magia y belleza y, que se enmarca dentro de las diversas tendencias, coordenadas y exploraciones de la poesía latinoamericana contemporánea. El poeta escribe desde las múltiples corrientes de exploración del lenguaje y obtiene como resultado una poesía decantada en una atmósfera de depurada plasticidad estética y, en esa actividad del espíritu y el intelecto que es la poesía, el poeta camina con un ojo en la frente.
 
La poesía es la instalación del ser en la palabra, escribió Heidegger. Holderlin escribió que la poesía es el oficio más inocente del hombre y el más peligroso. Novalis manifestó que escribir es engendrar y que la poesía es lo real absoluto. Rimbaud escribió que el poeta se hace vidente por un largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos. Baudelaire escribió que la imaginación es la más científica de las facultades. Luís Cardoza y Aragón escribió que la poesía es la única prueba concreta de la existencia del hombre. Andrè Bretón escribió que la poesía se hace en el lecho como el amor. El poeta crea fuera del mundo que existe, el que debería existir, escribió Huidobro. Sea esto y todo la poesía, que es el oficio más hermoso del mundo. La función social del poeta es escribir para recobrar el sentido humano y hermoso de las cosas. La poesía descubre los elementos originarios, invisibles y esenciales de las cosas y, le da un sentido más humano y hermoso a la existencia.

Los poetas aquí reunidos tienen en común el fervor y la pasión con la que han asumido su oficio. Sea esta una oportunidad para apreciarlos y leerlos en conjunto.



PÁGINA 4 – POESÍA ARGENTINA: FORMOSA

FERNANDO ACOSTA

poema para una groupie 
ella tiene la capacidad de hacerme envejecer
arrancando las páginas del calendario
me trenza el pelo y deja
mi guitarra enchufada para que la casa se llene
con gritos finos de fantasmas
luego me olvida en la cama
como a un libro manoseado
 
todos los días existe
la posibilidad que no regrese
por eso tapié las puertas
sellé las ventanas
y llené nuestro pequeño cuarto
con humo de cigarros
 
ahora estoy mirando por la ventana
el fino cabello de la lluvia
me dio un beso en la mejilla y salió
sin invitarme, sin decir chau, adiós, hasta nunca
la vieja de enfrente olvidó su silla de ruedas en el patio
y es todo un haiku ver como se moja
alguien dibujó garabatos obscenos en mi poster
de greenpeace
el interior de mi heladera
es un viaje directo a la prehistoria
 
a veces escucho el desliz del portón sobre charcos
pero las puertas abiertas hace tiempo
me suenan a falsa alarma
 
y ella diría:
ves muñeco, ésto si que es vida
se reiría con su boquita pequeña y burlona
y saldría de nuevo a la calle
para que la quiera aun más
o para que ya no me preocupe por nada
o simplemente
y en el más seguro de los casos
para cagarse de risa

NATALIA ESTHER CUEVAS

DEL EXPRESAR

Si como una respuesta santa
a mi vinieran
en tiempo y forma
y con fuego esas palabras
para decir como se debe
aquello que no digo,
librarme de la imprecisión
y de sus lanzas.
Si como una respuesta santa
a mi viniera
el definir perfecto de lo que es
dormirse sin plegarias
acunar como un demente
tanto no olvido,
saberse frente al otro
sin las máscaras,
amar y desamar
pero no como en los libros,
decir adiós a los temores
pero a la vez cuidar
frenético la espalda,
embarcarse en la búsqueda
de un todo
para después anclar
entre migajas...
si como una respuesta santa
a mi vinieran
con sencilléz y con altura
esas palabras
prometería olvidar tu belleza
cerrándole mis patios y mis salas...
prometería ver como ellos ven,
llevando a una cruz o a una hoguera
tantas ideas vanas.

HUMBERTO HAUFF

POEMA 4

Llueve.
Nos olvidamos de cobijar las alegrías
y ahora la humedad las enmohece
y andan por los cuartos tiritando
Las veredas son ahora ríos
y al amanecer debemos buscarlo
desmalezando la bruma a machetazo limpio.
Llueve.
En las escuelas expuestas bulle el clima
y retozan niños y esperan hombres
a quienes les sale del pecho brotes
para bendición del cántaro.
Con los pies en el agua somos cebollines
verdes de coraje duro, y en las almas irritadas
el salvaje aliento de junio
reniega incesante.
La silueta difusa
No reconocemos el olor de nuestra casa
porque habitamos en ella
y lo que podría ser distintivo para los demás
para nosotros es una realidad que nos pertenece,
inescindible.

BLANCA SALCEDO

CADA MAÑANA

Cada mañana
le pongo un sombrero a mi espanto
y salgo a caminar bajo el sol
me seco los ojos de salitre
sudo en la piel los dolores de la noche
enjuago en cobre el alma ensangrentada.
Cada mañana
me llego hasta el río agazapado
lavo en el agua mis manos solas
me lleno la boca de esperanza fresca
cepillo mi piel con flor de camalote
y, entonces, renuevo la palabra

ORLANDO VAN BREDAM

CICLO

Todo tu tiempo
es este espacio de árboles
que disuelve la lluvia.
Envejeces
con la misma lentitud de la hormiga que devora una hoja
pero envejeces.
La memoria es esta vieja colmena abandonada,
detrás de sus altos pastizales
has perdido la huella de otros días.
Ya no forcejeas con el sol.
Rehuyes los espejos.
Tus ojos son avispas luchando entre los escombros.
Las palabras inválidas
se mueren en tu boca.
Te hurgas el corazón.
Es una casa enmohecida de zaguanes clausurados,
ha disuelto tantas sales siniestras del otoño,
tiene una música tan áspera
como los dientes del invierno.
Sin embargo,
sigues besando los pies del día.
Has sobrevivido a tantos nombres
que hoy distraes la memoria.
¿Pero cuándo la palabra oscura,
la inefable hoguera?

ZULMA LILIANA SOSA

TENIA UN RAYO CLAVADO EN LA CADERA

en un celo se hizo flujo
y encantó esclavos /
rumiantes y hombres libres /
por esa combustión que le incendia la boca /
pero la apetencia de la tarde
le puso entre las piernas /
demasiado roedores /
y el Señor delos Entierros
después de esa tormenta /
le es difícil cabalgar entre una nube y la tierra /
cargando esa línea de luz /
ese ardid y la llama /
grande ira de leona / sal y llovizna



PÁGINA 5 –  NARRATIVA

MIRTA EDITH LARCHER
(Argentina)

LOS VIAJES

En doloroso trance de varias vigilias debidas a su pasión de investigador vocacional sobre sueños, esa tarde, muy temprano, creyendo estar despierto, penetró en el más profundo de los sueños.
Días atrás, incentivado por un grupo de divertidos amigos vivió una agradable jornada en un lugar totalmente agreste y retirado. Muy temprano llegaron a una cabaña levantada sobre pilotes en el centro de un lago. Se vio joven y de facciones admirables, vestido a la moda con altura y elegancia. De inmediato notó que todas las miradas se detenían ante él. Desde erizadas cúspides bañadas en nieve brillantina, bajaban sus padres y hermanos, sorprendentemente, hacia el mismo lugar desértico aunque realmente, paradisíaco. Estremecidos de júbilo no cesaban de abrazarse, besar la nieve, mojar sus manos en el límpido oleaje suave de aquél lago por donde regodeaban, vanidosos cisnes blancos. Arco iris y bandadas multicolores rebasaban el cielo recortado por aguzadas colinas reverdeciendo bajo el sol tempranero.
Eso de viajar lo obligó a recordar, otros frecuentes y a la vez, diferentes recorridos. Hubo de inmediato en el amplio escenario de su mente, etapas por las cuales se veía desfilando por pasadizos secretos entre góticos castillos en extraños países, también, joven y errante, audaz y lleno de vigor. Sin embargo no faltaron ocasiones en que su edad variaba como las agujas de un reloj, como cada selecta, característica del lugar. No importaba, siempre estaba feliz y pleno de vida, siempre bien acompañado, o con su familia, amigos queridos o bellísimas damas, a sus pies, doblegadas.
¡Y quién desearía más riqueza que aquella, la de trasladarse sin maletas, sin apuros ni compromisos y ni tan siquiera, debiendo abandonar su lecho!
Al avanzar la tarde, retornó, nuevamente ese alucinante fenómeno de lo pavorosamente, recurrente…
Alguien lo necesitaba de inmediato, podría tratarse de un amigo, una joven, o su padre…Y, entonces, otra vez, partir corriendo debiendo cumplir, obedecer, no fallar… Prosperaba el crepúsculo y también esa opresión en el corazón dolido. Sabía muy bien qué hacer, por dónde ir, cómo volver y qué traer. El mandato debía ser respetado al pie de la letra. Eran sus códigos, su forma de ser y hacerse querer. Asociado al temido cenit, crecía su confusión y agitados movimientos torpes precedidos al feroz cansancio repentino. Todo cambiaba de aspecto, ya no colinas ni lago ni cabaña ni gente conocida.
Callejones sin salidas, oscuros y enmohecidos le rodeaban. (Por esa esquina, se decía…), no, la otra...y la otra y retroceder, intentar avanzar y darse cuenta que estaba girando en el mismo sitio, inmovilizado, incapaz de regresar con lo pedido. Extraviado, solo. No sólo era eso sino que su aspecto físico también mutaba con el paso del tiempo y hasta su sexo rotaba. De repente, era una niña recluida, indefensa y temblorosa… (No sé, es algo muy difícil de explicar y ya estas manos se caen sobre el tablero, fastidiadas, arrugándose por mis lágrimas de sañuda impotencia.)
La enorme bocaza nocturna saboreó un cruce astral y retornó a las profundidades de cristal. Alguna vez yacerán todos los sin regreso allí en el fondo y los cautivaré…



PÁGINA 6 – POESÍA ARGENTINA: CABA

PABLO QUERALT

4 
en un momento romántico fascista
escuchando el jazz prohibido por
mussolini me hice poeta de los fusilados
 
los terratenientes del sur negociando
la lana de los guanacos dóciles que
cantaban silbaban
lo que cantan pájaros entre caballos
 
por que no esperan un resultado
y no temen ser alegres ante el dolor
en su experiencia humana
 
con la brújula de los sentidos
en el mar abierto de los deseos
descifrando tiniebla de luz
en una tarde como hoy
 
sacándole las capas al sol
hasta llegar a lo que queda
de mi en sus terminaciones
nerviosas


IRMA VEROLÍN



LA ARAÑA



La araña era inmensa

y enseguida

la muy salvaje se escondió

detrás de la maceta

y yo la perseguí con las fauces

de mi escoba despeluchada.

Fue una lucha sin cuartel.

La araña corrió con ventaja: yo soy

una mujer entrada en años y debilucha.

Las sombras de la noche

ya nos cercaban a las dos,

fue inútil perseverar:

la araña encontró refugio vaya a saber dónde.

Desde entonces

la espero

mi miedo y yo la esperamos

acurrucados en la esponjosa noche

con los ojos abiertos

y la boca lista para gritar.

Antes de la araña nunca tuve enemigos.

La vida en esta casa se ha vuelto frágil

para mi escoba y para mí.



RODOLFO ALONSO



EL AMOR DEL SIGLO

a Jacques Prévert, evidentemente



Este amor

amenazado por la infamia

de sus propias infamias,

este amor rondado por la sombra,

asediado por la ruptura,

resquebrajado,

este amor

capaz de darlo todo,

sumamente incapaz,

este amor desconfiado,

que se teme imposible,

este amor

que no puede explicarse,

ni prestar atención,

ni hacer favores,

este amor

azuzado por los celos

y por el mal humor,

por la impaciencia,

por la desdicha

o el simple dolor,

este amor perdurable,

efímero,

fuerte, profundo,

desigual, vencido,

este amor que se arrastra,

implora, tarda,

este amor

que no puede

consigo mismo,

que puede

apenas vislumbrarse,

asomarse,

darse a conocer

apenas,

este amor que duda,

que inunda,

que arrastra,

que ensombrece,

este amor desmesurado,

espléndido,

egoísta, pequeño,

este amor que se inclina,

que bebe allá en tu sombra,

que se asombra, que muerde,

que desmenuza, que hunde,

este amor que se aturde,

que chilla, que rechina,

este amor reluciente,

resplandeciente, altivo,

este amor que se vende,

este amor

libre en el viento,

esclavo en la ciudad,

este amor que no sabe,

que sabe

(o le parece),

este amor que hierve,

que fermenta,

este amor cobarde,

vanidoso,

inaccesible, fiero,

este amor poco explícito, poco

comunicativo, poco todo,

este amor que no puede,

que no se anima,

que no sabe si es amor,

este amor complicado, antojadizo,

poco experimentado,

este amor quebradizo,

que no merece ni siquiera ese nombre,

este amor que fracasa,

que no puede salvarse,

que no logra vivir,

este amor que no da explicaciones,

que no alcanza a explicarse,

que no se hace entender,

que no se entiende,

este amor que no sabe

que no puede durar,

este amor que no quiere la guerra

y que da guerra.



LUISA FUTORANSKY



RESEÑA


Soy de otra parte, otro cuerpo, otro golfo
para que me entiendan
para que no me entiendan demasiado
por atajos y digresiones
escribo.
A mano limpia. A campo traviesa.

Vivo por circunloquios, espirales, pidiendo disculpas, permiso.


Demasiado.
Tropiezo, desentono, me repito,
adiciono prótesis, me encorvo,
heteróclita, minuciosa, descuidada
descartando a manotazos, boqueando
con notas a pie de página
inverificables.

Desenraizada como tronco de plátano


a merced de la borrasca, puro cráter, pura fragilidad
sin saber echar raíces pero voy
poniéndome en escena, fuera de foco,
por lente cóncavo o convexo
nunca el del arcoiris nunca el del amor correspondido menos furtivo.

El mínimo denominador común del dolor es universal


y su raíz cuadrada esta nuez, este rubí,
que aún alumbra, soberbio, secreto, aunque airado
la palma de mi mano.



LUIS BENÍTEZ 



LOS OJOS DE RIMBAUD



Azules, de bárbaro. Hoy cantan para ti

los suaves trinos y en el taller literario
adelgaza la voz el papagayo: conmovida
endulza las Grandes Miradas su lección
de confitero.
De este lado rezamos por ti hincados ante un lobo:
que la bella ciencia es una habitación
que da a lo oscuro
y el hombre, ese acertado inconstante,
es apenas unos pocos pasos que por ella van
y vienen.

Hoy que las profesoras de letras olvidaron todo

lo que saben de ti los presidiarios
y el vago que, a riesgo de ser aplastado
por los automóviles,
detiene la metáfora de su paso por recoger
el milagro de una hoja, sin alcanzar
a explicárselo;
hoy que apenas los ascensoristas
se levantan de entre los demás,
hoy que esta loca materia aparece ahogada
y vencida,
como lo estuvo siempre, como va a estarlo siempre,
flotando sobre las aguas de los números;
hoy que en tus selvas vírgenes arraigaron los casinos
y suena música disco en todas las Africas tonantes,
hoy que en la calle 88 y Broadway
una horrible fulana te pasea
impreso en su remera, sonriente
con toda la Gloria Americana,
hoy que encuadernado en cuero y con letras doradas
te exhiben los dentistas en sus huecas bibliotecas
y te honran a su modo, repartiendo venenos por las calles
del mundo los ágiles traficantes,
hoy que caen los muros y todas las posteridades
se desploman,
hoy que la Historia, esa vieja enemiga,
se ríe de nosotros diciendo que no existe,
como en tu tiempo repetía el Diablo;
hoy que los blandos músculos de los diputados
pueden arrojar al mar, si quieren, a miles
de forzudos extranjeros,
hoy que la tímida democracia probó ser más efectiva
que los reyes,
hoy que todos por fin somos buenos
y alza su copa radiante el rosado, negro,
amarillo y cobrizo banquete de la vida, más allá
de los caritativos grupos que intentan el soneto,
a través de las bibliotecas barridas por el polvo
y las secretarias,
sin dactilografía ni voz ni esperanza ni objeto,
cruzan las geografías dos luces gruesas y potentes
anillando la Tierra. No por el símbolo
sino por la mirada
eres como el dios de plástico que cuelga de su pared
el asustado,
para que esos Ojos le sigan por la casa. Para nosotros
los mínimos, para nosotros los pocos,
para nosotros los débiles,
que sólo queremos estar ociosos, tus párpados están
siempre abiertos, hermano desdeñoso,
Jesucristo el Terrible,
hoy que es una vergüenza tener hambre
siguen mirando lo mismo tus fanales salvajes.



LILIANA DIAZ MINDURRY


el país no se sabe si existe fuera de la palabra fuera del ruido fuera de los signos… 
A la memoria de mi primo el doctor Guillermo Díaz Lestrem, víctima de la dictadura

Hay un país simulado
un nombre simulado un tiempo simulado
un viejo país detenido en agujeros negros
el país simulado al fondo
(como un pozo)
oscuro
fabricado en el pozo de los sueños
(ese fondo del fondo)
En un mundo asimétrico lo que está por suceder no termina de suceder 
porque es posible que no haya suceso
en un mundo asimétrico donde hay carceleros
el carcelero no permite la entrada
aunque dice que la permite y hasta guarda una sonrisa en la pantalla
(Y hay un hombre de negro que mira desde lejos en un hueco del tiempo)
el carcelero dice: el país está cerrado dice: el país es puntual 
en decir que está cerrado
dice: no
no dice
o está y dice con su presencia
o no está pero es fácil imaginarlo
algo que no termina de suceder
aquí hay marcas y preguntas y zumbidos y ultrajes y perfumes antiguos 
y hay cosas que llaman el país y el país no se sabe si existe fuera 
de la palabra fuera del ruido fuera de los signos
fuera del país con pantallas vacías y celulares rotos
fuera del país donde las niñas cibernéticas saltan a la soga
no contestarán las máquinas del sueño
ni los que escriben al departamento de tejido literario
ni los que leen
ni los que escriben a los que leen ni los que leen a los que escriben
y después eso: la repetición de marcas y preguntas y ultrajes y zumbidos 
y perfumes antiguos y cosas que llaman el país que no se sabe 
qué es o si existe fuera del movimiento de lengua o de los signos
Un país en blanco y negro donde el futuro parece una mala copia del pasado, 
un revival extraño
no hay Ley que una estos sangrientos pedazos
un pedazo y otro
sueltos
vacíos
y sin embargo unidos perfectamente en una pantalla
con virtuales páginas de seda
que siguen después de “todavía estamos en la Argentina”
y nunca terminan
hacer entonces como si hubiera mundo
como si el viajero de las sábanas fuera inmortal
como si hubiera un hombre de negro
un resplandor
dentro del pozo de las cosas
como si el pozo de las cosas
no fuera el pozo de las cosas
como si las cosas no fueran un pozo
como si el pozo contuviera cosas
como si hubiera cosas
como si hubiera pozo
como si la palabra por sí misma
diera existencia al pozo de las cosas
a la Ley que ordena las cosas dentro del pozo
o el pozo dentro de las cosas
entonces como si hubiera país
en la noche del país
la Ley abre la boca y dice en la boca de las pantallas
dice
no lo que está bien
sino que está bien lo que ella dice
porque lo que dice está bien porque lo dice
porque el decir es belleza
porque es la posibilidad de seguir viviendo
de llevar el traje de los recuerdos
como si existieran los recuerdos
hace frío aquí
aunque los Poderosos no quieran
hace pánico
el país hace creer que es
hace creer la fe
hace creer que la palabra es
hace creer algo atrás de un ruido
hace creer en un ruido
simula caminos de buena hierba
un país hace creer en un orden
que desgarra la noche
como si hubiera caminos
como si hubiera algo que simulara caminos
y no parece
y hasta se ve la silueta de un carcelero atrás del carcelero
y hasta parece que se inclina y habla
y hasta parece que habla de otros carceleros uno en cada puerta 
otros carceleros que dicen que no dicen que simulan decir 
que ni siquiera nombran o que nombran la escritura
para desintegrarla en balbuceos sílabas letras desunidas letras 
que ya no forman ninguna palabra marcas en el papel rumores 
en la selva del silencio
y hasta parece que es una infinidad de mundos de simulación de mundos 
cada uno con una puerta y un carcelero como una infinidad de espejos 
de simulación de espejos cada uno con una puerta y un carcelero
y en los sueños
hay épica y sufrimiento
hasta que llega dulcemente
la gratuidad
el sinsentido
hasta que algunos borrados se levanten de la inexistencia
son como si no hubieran sido nunca
una brisa olvidada
una brisa entre dos intentos de brisa
hace pánico
digo
pienso en los que borraron en pantallas blancas
la mandíbula que guarda mi lengua
tiembla
se cierra
se cae
hace pobreza
hace dolor aquí adentro de esta pantalla donde vivo
los Poderosos no me guardan del frío ni del miedo
de mala hierba los caminos de la muerte
hasta la tentación de decir injusticia iniquidad
una vez desaparecidos los carceleros
me acuesto
sueño
las posibles palabras que contienen otras puertas posibles
sueño un país
donde la rabia
me devuelva los muertos)




PÁGINA  7– NARRATIVA



ÁLVARO LUNA PODESTÁ

(Uruguay)



ENEMIGO DEL PUEBLO



No puedo perder contra un ucraniano judío hijo de un enemigo del pueblo. No puede ser que tenga que pasar por esa humillación. Yo, un auténtico héroe soviético según palabras del propio Stalin, yo, un científico del ajedrez, yo, que le gané a Capablanca, a Aliojin, a todos, perder contra este campesino.

Las caras de los miembros del Politburó en la primera fila lo dicen todo, aunque no entiendan completamente lo que está pasando. Ven la inminencia de la derrota en mi cara, en mi gesto de crispación, que trato de disimular sin éxito, en los ríos de transpiración que me bajan por la cara manchándome el cuello de la camisa.

Si no logro meter mi caballo en cinco rey voy a ser pasto de la desgracia y del olvido. Tres jugadas, tres tiempos son los que me faltan para poner las cosas en orden, tres jugadas para seguir construyendo mi leyenda o para verla desmoronarse.

No puedo ver mi cara pero debe ser un desastre. Si hubiera un espejo cerca. La cara de Bronstein es una pantera en la noche. Sabe que no puede perder. También sabe que no puede ganar.

Sería incómodo para el partido, ni siquiera está afiliado. Qué va a estar, hijo de un kulak contrarrevolucionario. No puede ganar, no se trata solamente del campeonato del mundo, se trata de una muestra de la superioridad intelectual del proletariado, de la vanguardia de la revolución tomando por asalto un mundo de sesenta y cuatro casillas blanquinegras que es metáfora y espejo de este otro.

No puede ganar, pero va a ganar. Debería haberle hecho caso a Molotov cuando me habló en aquella cena, cuando me dijo que él podía encargarse de todo. Como si yo no supiera. Pero no. No puede ser así. Yo debo ganar porque soy el mejor, porque tengo que ganarle a Bronstein ahora y siempre. No me sirve ganarle porque recibió la visita de un comisario político en la madrugada ordenándole perder. Jamás me perdonaría ganar así. Veinticinco años de carrera, veinticinco años de trabajo, noches agotadoras estudiando variantes, estudiando las partidas de mis predecesores y de mis

contemporáneos, todo para llegar a esto.

Si solo fuera alguien más aceptable, si me tocara perder contra alguien que no avergonzara al partido: Smyslov, Boleslasvky, yo qué sé.

Deliro, voy a perder con Bronstein y a terminar mis días enseñando ajedrez en una escuela rural. Le dije a Molotov que de ninguna manera, que me ofendía, que no quería volver a escuchar algo así. Bueno, por lo menos mi

dignidad..., ya movió, el rey, no creo que sea la mejor jugada, pero eso no cambia nada, sigo estando perdido.



A esta altura lo único que me puede salvar es algún truco barato. Triste necesidad, las jugadas lógicas son piedras que construyen el camino de mi derrota. Las jugadas lógicas. Todo el concepto de mi ajedrez científico se basa en la lógica. Y este Bronstein, este farsante con sus trucos de feria, con sus celadas psicológicas, con sus fuegos artificiales que deslumbran a los idiotas.

Sí, querido David, secretamente todos te admiran, y te quieren más que a mí. Secretamente dicen que mi ajedrez es aburrido.

Tu ajedrez es arte, sorpresa, paradoja deslumbrante. El mío es apenas ciencia. La ciencia siempre es más aburrida que el arte.

Pero la ciencia es la verdad, la única verdad, y yo quiero estar de ese lado, del lado de la negra, cruda y fría verdad.

Pero ahora estoy desesperado y tengo que apelar a recursos desesperados.



Torre por alfil. Sí. Si come con la dama juego la intermedia peón cuatro dama, jaque, tiene que tapar de caballo porque si no meto mi dama en ocho torre y mate en dos, entonces sí puedo llevar mi caballo a tres alfil y no puede parar caballo cinco rey. Pero claro, si come de peón estoy frito. Tengo torre uno caballo jaque que puede asustarlo, pero después de rey dos alfil se escapa y ya no tengo nada que hacer. Pero es mi única chance, le quedan diez minutos enel reloj, puede llegar a equivocarse, aunque no, un niño podría ver fácilmente ese truco barato.

No importa, es mi única chance. Ya está hecho. No puedo quedarme a ver qué mueve, necesito levantarme de la mesa y caminar para calmar los nervios.

Levanto la cabeza y miro al público, a las caras adustas que proclaman mi sentencia. No tengo que arrepentirme de nada. He sido un buen campeón, he hecho historia, millones de soviéticos se interesaron por el ajedrez gracias a mí. La historia lo dirá, aunque termine mis días olvidado en un pueblo de Siberia.

Tatiana, ¿con qué cara voy a mirarte después de esta derrota? Ya movió. Antes de sentarme ya veo que comió con la dama. Ni siquiera me siento, juego peón cuatro dama sin pensar. La mano me tiembla al mover y me maldigo interiormente por permitir que mis emociones me traicionen. Un murmullo crece a mi espalda y miro la cara de Bronstein.

Está blanca, como si le hubieran chupado la sangre de golpe. Abre los ojos hasta que casi se le salen de las órbitas. Se lleva las manos a las sienes e inclina la cabeza sobre el tablero.

Aprieto los dientes, giro un poco la cabeza y veo que algunos espectadores se pusieron de pie, miran el tablero mural donde se reproduce la partida y hablan entre ellos. Algunos no pueden dominar la excitación y hablan en voz alta. Los miembros del Politburó también están parados, tratando de entender lo que pasa.

Pobres idiotas, no tienen idea. Me siento y vuelvo a mirar a Bronstein, fijo mis ojos en sus dedos crispados sobre la cabeza y casi siento lástima por él. Piensa durante unos minutos, parecería que ni siquiera respira. Miro su reloj y veo que solo le quedan tres minutos. Entonces baja las manos a la mesa, menea la cabeza y me mira, antes de tenderme la mano.

Una ovación atronadora baja de las gradas, el himno soviético empieza a sonar por los alto- parlantes, superpuesto con la voz del locutor que proclama que yo, Mikhail Botvinnik, acabo de retener el título de campeón mundial de ajedrez.

Me levanto, dispuesto a esperar el saludo de las autoridades y la proclamación oficial. En medio de la barahúnda, un hombrecillo de hombros caídos por el peso de la derrota se me acerca.

Bronstein me estrecha una mano sudorosa y me felicita. En su cara flamea la bandera de la desolación, pero también creo percibir un atisbo de alivio.

Se da media vuelta y camina hacia la salida. Justo un instante antes de que la multitud que ha invadido la sala de juego me levante en andas veo que pasa ante Molotov, quien lo mira y mueve la cabeza haciendo un gesto afirmativo.




PÁGINA 8 – POESÍA  ARGENTINA: SANTA CRUZ




PEDRO CARRIZO



 AVENIDA ROCA

Y el silencio es una mancha de sangre incorregible
Hay cadáveres que son tan divertidos!
que golpean con sus huesos de sapos
golpean en sienes los asfaltos,
que dibujan tactos en la noche
y galopan invisibles en misterios.
Ellos tan divertidos
tan cómicos
que tienen la inquietud de un niño
traspasando las paredes,
se escapan trémulos de sus epitafios
claros, vencidos, anónimos.
Buscando en el aroma de la sangre
de petrificada insignia invertebrada
el acero de la carne hacedora.
Son cadáveres tan divertidos y llenos de vida
que aún buscan modernos de plumas
con la pausa del grito
a las raíces venerantes de la roca.
Son tan divertidos como insatisfechos
Oh!! Indio poeta
sobre sepulcros vendados
donde revienta la sangre invisible
que nos mancha.



ALEJANDRA NEGRÓN



ABSORTO EN SU ARTE

Detrás de los alaridos
admiraba su azote constante,
absorto por la genialidad
de su crueldad infinita.

Abriendo franjas, largas,
finas, tersas, intensas,
rojas carmesí corría lenta
y suave sangre caliente.

Destellos de ira
pestañaban en su mirada
atravesando su cordura
llegando a la locura.

En la comisura de sus labios
se desprendía su inmensa sonrrisa
sus latidos, eran alaridos de placer,
gozo y desenfreno cruel.

Su gemir eran melodías a sus oídos
el crujir de huesos mecía su cansancio,
pintando de azul morado
el cuerpo inanimado de su víctima
escribía en el suelo su pobre vida,
para él, sólo su juguete preferido.



SEBASTIÁN TRESGUERRES

2.

cuando la meseta esté podrida llena de ácidos con armadillos pululando bolsas de basura
y gaviotas deformes persiguiendo sardinas ciegas,
¡políticos gigantes cagando mierda radiactiva!, masticando niños que han matado con subsidios!
achicorias con los pétalos llagados.



PATRICIA OLAVE



ECDISIS

Se deslizaba
zigzagueando sugestivamente
por la humedad del lugar.
Reptaba sin opción,
inconsciente del peso
que caía sobre ella
por haber tentado a la mujer nueva.
Arrastrada
por una natural necesidad
de liberarse de su piel,
pasado escamoso
que la envolvía.
Era tiempo del exilio,
de salirse de esa patria muerta
que la contenía
y la asfixiaba.

Sin resistencia,
ante el momento
que llegaba
y que ansiaba
se restregó entre las piedras,
se enroscó
una
y otra vez
hasta dejar su piel atrás.

El despertador, como una diana,
la sacó del sueño.
A su lado, una silueta enjuta,
calco de su cuerpo,
yacía inerte.
Se levantó ligera,
enfundada en una piel nueva,
y salió al mundo,
contoneándose astutamente
en busca del fruto prohibido,
de la ciencia del bien y del mal
como tentada por la serpiente.



JORGE ALEGRET



ANACRONISMO

Hoy de tiempo escindido,
prolapso de tiempo
que es suceder velado,
un declinar en la textura
de las cosas que son
en cuanto circulan discretas
por las superficies canónicas
del supermercado. Tiempo melanoma,
en las secretas perversiones
de lo continuo; tengo brea de tiempo
en los pulmones, un revoque de noche
hecho con las combinaciones del nombre
deseado, un oficio de exilio,
basura de tiempo que arrastra
        el viento sur
junto con las memorias de tu cuerpo
y los textos de Teresa de Ávila .
El padre-jauría me persigue
en el tajo de cada letra.
Queda una pregunta que se astilla
en el habitar de lugares vacíos,
que el tiempo desmantela
en el infinito fraccionamiento,
y demuestra la banalidad
                                 del alba.



MARITZA KUSANOVIC



Madre todos estos años

paseando el útero de aquí

allá el óvulo haciendo

un rojo un sepia un negro

Cada uno se rompe

como puede madre

he visto cosas

La belleza y yo nos separamos madre

Nunca fui niña No tuve dolor

No arrastré peso de alas

solo esta línea que me parte

y ordena

mitad pacífica mitad atlántica

madre

adaptarse es acostumbrarse al muro

Este músculo de pared pensada

Pensar que a veces

tengo suerte y me desgarro madre

y parece una boca de salida

Y esta mano no arde La húmeda

del interior siempre extranjero

Porque los ojos no quieren abrirme

abro los ojos madre

la herida mancha la mesa

Casi una palabra

Casi oída

Donde cae la gota respiro
y también es falso madre



PÁGINA 9 – ENSAYO

HORACIO BENAVIDES
(Colombia)

INSTRUCCIONES PARA ESCRIBIR UN LIBRO DE POESÍA.

1.

Elija la hora del día en la que su mente pueda unir la tierra con la nube. Cada quien tiene su hora.

2.


Procure estar solo: el camino a lo otro es la soledad.

3.


Vacíe su alma de preocupaciones.
 
4.


Trate de olvidar el reconocimiento, ya sea de la persona que admira o de la Junta de Estocolmo.
.
5.


Escriba unas líneas: es posible que escribiéndolas salte la chispa.



6.


Si no hay luz, lea poemas de algún poeta que le interese, divague por lugares de su pasado.
 
7.


Si de las hierbas secas surge el fuego, suéltese, redondée lo que cree el poema.
 
8.


En donde hay un poema, es probable que haya otros; escarbe buscando la veta.
 
9.


No corra a mostrar lo escrito; tenga compasión con la criatura; los poemas suelen ser como los canguros que continúan su gestación en el marsupio.
 
10.

Cuando haya reunido unos ciento veinte poemas y sienta que la cuerda se acabó, guárdelos. Horacio Quinto Flaco aconsejaba dejar en salmuera un libro por nueve años; largo tiempo para la impaciencia, al menos guárdelos por el periodo del embarazo humano.

11.

Pasado el tiempo de reposo, podrá ver con alguna claridad lo escrito. Sacuda las hojas, lo que quede será su libro.



PÁGINA 10 – POESÍA  ARGENTINA:  CHACO 

MARINA CORONEL 

ESE HOMBRE

el hombre
amansado en la tarde
o en la noche
de su dolor
se desencadena de su boca
la voz se le estira hasta la palabra
y es lo mudo lo que le cuesta
acostumbrarse a paladear cenizas
a rumiar ortigas bajo la lengua
tal vez se obligue a matar la sorpresa
con un tiro de gracia en la nuca
o entre los ojos
que es lo mismo
cansado de vomitar ayeres
meterá el dedo en el grito
y rascará con automatismo de loco
las urgencias
abrirá la garganta por completo
para tragarse la muerte
de memoria
felicidad artificial

FRANCO BOCZKOWSKI

RAZONES PERSONALES.

Hoy también
Como hombres de razón que somos,
nos mantiene vivos
un montón de asuntos pendientes,
según hoy mismo he comprobado cuando,
luego de ordenar, con paciencia
pero sin tranquilidad, mis papeles,
haciendo que el tiempo me pase
en lugar de dejarlo pasar,
renunciando a cualquier expectativa de abandono
o permanencia contemplativa,
y entregándome, para mi mayor seguridad,
a la razón del tiempo y al ordenado deber
de cumplir con los días,
en éste de hoy,
he dejado mi casa tranquila
(cotidiano, nuevamente, imperativo de la razón)
para salir a buscar,
casi sin razones, salvo
la de agregar algunos asuntos
nuevos a los ya pendientes,
y volver a comprobar que no hay ninguna,
salir a buscar, entonces,
la necesaria porción de bienes
y servicios previos
a la felicidad.

SUSANA SZWARC 

HORAS

Esa niña flaca, decimal con su flor

roja al ladito del borde: mira claramente al que
levanta la pala
un pie va a hundirse —con la pala— en el montón de barro.
Es la hora del entierro y la flor
por arte de magia será libro.
La niña —que no sabe—
lee sobre el dolor inmensurable
los nietos no nacidos.
Nos distraemos por el sonido de un saxo
que comienza a trepar —metálico—
hacia atrás y salen más niñitas de los ranchos.
Es la hora del pedido:
ejendú, ché, omé é ché un pedacito de pan
—golpean, esos niños, sin padres
—otra vez, piden pan
—¿no les dan?
Ordenemos la historia ¿Evita había muerto?

¿Perón había caído? ¿Su estatua destruida en
la placita Sarmiento? ¿Yo tenía sarampión?
¿Cantaba Ramona Galarza? ¿Tu perro
aquella noche, era? Lame la sal del cuerpo y
las estrellas caen, por mí.
El lobizón desvanece de cercanía. Apenas
alcanzamos los breteles. Maldito gallo, que se
calle. Y que nadie sepa nunca.
Otra hora: tu siesta, los mosquiteros hacen marchas hexagonales sobre mi morena
piel más vieja que el sulki
verás la polvareda y en ella el surco
¿dónde aún me harías caer?
(la longitud del muro hace a la partida
de los perros)
Recordemos: la niñita —la de la flor roja—
detenida como en un recital infinito y el saxo:
único movimiento acompañado por el taburete
donde una madre oye:
—¿quién no ha leído a Nietzsche a los 17 años?
dirá él, ágil sus dedos arman cigarrillos
sus ojos alucinan patios y potras.
Dirá, es la hora de jugar: serás Yocasta
y juegan al día más perfecto de la historia.
Guardan azúcares aceites en el jarrón de lo indecible
juegan a encontrar los fierros para disparar: a los gatos
las alarmas al hueco del jarrón y a sacar al muerto
de su torpeza: su obstinación de muerto.
Arrancan flores hasta la niña decimal
jadean:
ningún patio es completo
ni siquiera el de la madre.
Recordemos: el saxo, las horas,

la niña que dice es la hora
y vuelve a leer.

ESTEBAN GONZÁLEZ 

4

Muero un poco  en cada  paso sobre tus pasos,
cuando como mi medio pan y parte del tuyo,
cuando tomo agua y derramo el resto que te  falta
cuando sueño los sueños que no sueñas.
Muero un poco cuando leo las noticias que no  sabes leer
y descubro el lado oculto de las mentiras.
Muero un poco todos los días
cuando vivo los días de mis años viejos
cuando mueren las horas de tus días jóvenes.
Cuando me sumo a todas las muertes cotidianas
de los que saquean los desperdicios de los días
entre la medianoche y la madrugada.
Y no es la Noche  de los lápices.,  de los Bastones largos.
de las Corbatas blancas,
ni la  del miedo permanente a desaparecer
que cada noche recordamos con bronca y lágrimas.
Es la noche de la democracia que supimos conseguir.

CLAUDIA MASIN

¿Qué trae el padre de su largo recorrido por los campos
amplios y planos como pasillos de hospitales donde él,
médico viejo y cansado, pasea su mirada pacífica, experta,
sobre todas las cosas del mundo como si fueran suyas,
las hubiera tenido en la mano tanto tiempo
que conociera sus exactas concavidades y accidentes?
No hay nada nuevo para él, ¿pero y nosotros?
¿Preguntándonos el cómo y el porqué, desasidos como estrellas fugaces
de la generosa custodia del cielo, nosotros cómo hacemos
para mirar las cosas sin angustia, sin que nos sobre o nos falte
siempre algo: una medida quizás, cuya ausencia hace imposible
caminar sin tropezarse a cada paso?
¿Qué mirada capturó de la muerte en sus ojos, qué amor
hizo descender sobre él para después dejarlo ir,
pájaro rapaz que de un momento a otro se volvió compasivo
y desechó los restos que le eran ofrecidos,
con la magnanimidad de quien ya fue llenado, está completo?
¿Pero y nosotros, a quienes esos restos cubrirían los huesos?
No podemos pedir, ya está perdido
lo que quedaba, lo que había de más.
¿Madre, por qué no dejarme salir a los caminos, entonces?
Si no hay nada que él traiga en los brazos, ¿por qué no dejarme
ir yo misma a buscar, si ese regalo que él esconde
cuidadosamente bajo la cama es una caja vacía?
¿Qué va a ser de nosotros ahora,
si es, y siempre fue mentira que de los baúles sacaba
objetos maravillosos, que podía enseñarte a pescar peces
de aletas brillantes como una moneda al sol? ¿Si es mentira también
que con sólo raspar un carboncito contra su pecho creaba el fuego
que iluminaba la superficie curva de la tierra, la geometría perfecta de la casa,
o que a nuestros cuerpos pequeños, con sólo mirarlos,
los volvía exuberantes como si fueran plantas parásitas colmadas
por la savia de otra planta? Dame la libertad, entonces
para soltarme de esta atadura que no ata a nada, 
que yo de todos modos ya lo sé: hay un cielo
como hay una tierra, hay un desorden que, extrañamente, nos cuida,
hay quien desata la peste y a veces hay cura, hay mañanas
donde vamos a ser niños una vez, una vez sola,
para poder ir tomados de la mano de él,
de él que es esa tela secándose al sol
los días de buen clima, ropa dejada por un muerto, no me mientas, 
no hubo padre ni habrá.



PÁGINA 11 – NARRATIVA

DIANA ARAUJO PEREIRA
(Brasil)

PIEL NEGRA

Se le ponía la piel de gallina siempre que pasaba por aquella esquina. Su piel negra contrastaba con las paredes blancas que la circundaban hasta llegar a la pequeña plaza del barrio, donde el espacio se abría y se ampliaba, y con ello se le escurría por entre los poros el temblor de los callejones vacíos y de las callecitas desiertas que dejaba atrás. Todas las mañanas y todas las noches seguía el mismo ritual, la misma performance del miedo y la rabia. Apretaba las manos y caminaba con pasos firmes.
Consciente de las miradas que la atravesaban como lanzas por los costados, sus pasos aún así se firmaban y golpeaban las piedras de la calle. Su cuerpo era un fardo hecho entero de curvas, que se insinuaban por debajo de la ropa que vanamente intentaba cubrirlo; curvas sinuosas y propicias a derrapajes. Apenas soportaba este peso. Todas las dietas del mundo nunca pudieron atender a su antojo de delgadez, la invisibilidad que tanto le gustaría tener. Todas las mañanas se enfrentaba a las curvas y los tejidos, hasta resignarse y golpear la puerta de casa con la misma corazonada de todos los días: el peligro de las curvas en la ciudad.
Había aprendido desde la infancia, con las memorias de su madre y demás mujeres de la familia, sobre los peligros al acecho, sobre los deseos escondidos, sobre las violencias de las miradas. Sabía de los túneles que tendría que cruzar para alcanzar la seguridad que, de hecho, nunca había llegado a probar. Su mamá le decía que tenía que ser buena. Que si fuera recatada nada malo le pasaría y ninguno de los presagios se haría realidad. Cumplía con el deseo de su madre, pero el cuerpo parecía desconocer su razón.
Y fue justamente cuando cumplía los 18 años, en una noche que sería como cualquiera, después de un día más de trabajar, tan cansada como cualquier otro día de su corta vida, cuando tuvo que enfrentarse a la furia de aquellos ojos ajenos. Esta vez no pudo escaparse, el brazo que la tiraba con fuerza y el cuchillo en el cuello le impidieron gritar o huir. Equilibrándose sobre el hilo de aire que le quedaba en el pecho y sobre la línea de cielo que alcanzaba a distinguir entre los movimientos convulsivos del cuerpo que la perforaba con tanto desprecio, sentía el dolor que le atravesaba el vientre y la náusea del abismo que se acercaba despacio.



PÁGINA 12 – POESÍA AMERICANA: PARAGUAY

CAMILA RECALDE

Mis bienes
Clausuraron el parque,
pavimentaron el césped.
Ya no tengo más
que lo que guardan
mis bolsillos rotos;
un par de aguacates,
muchos limones,
un gato sin dueña,
demasiados besos…
Y vos,
que vas con los hombros cargados
de acordes mayores,
de peces sin nombre
y al final del día
solo tenés tus manos
tus manos y sus muchas ampollas
y un invierno leve
que no sacia
tu anhelo de frío.
Y nosotros,
que aun sumando
nuestros escasos bienes
no somos más que polvo,
dudas,
buzón sin casa
parque clausurado,
cabellos sin trenzas,
poemas sueltos,
techaga´u,
no sé.

CRISTINO BOGADO

LOS OLVIDADOS

“Deberíamos morirnos
todos antes de nacer”
El ciego de Buñuel

maldita trama
que entre la indiferencia y el deseo
esconde a la mujer
maldito el día
que nos azota con sus horas banales
maldita ciudad
que nos priva de sus putas
implícitas y de las lícitas
maldita la metáfora
bebida espirituosa de poderosos y débiles
maldita mi cobarde adolescencia
que se abstuvo de ultrajes y violencias
maldita confusión de criaturas
la calle
maldita mi geografía corporal
incapaz de la tempestad
que pueda llenar de semen el estanque
de una diosa
maldito barrio
sin perros que despedacen a los hombres
maldito otra vez el día
que oculta el sendero de la lujuria
maldita también la noche
que nos da al mismo tiempo
el cansancio y el sueño
maldita mi alma
embrujada casa poblada por los fantasmas
inagotables de la envidia y el miedo
maldito aquel otro
que duda en matarme cuando me mira
maldita ella
que no intuye a la fiera que apacigua
o a la locura que suspende
mil veces maldita mi tierra
de leves mariguanas y portentosas pustulencias
maldito mi padre
que no me mató al tercer día de mi inocencia
maldita la luz
fulgurante escenografía de la frustración
maldito mi tiempo
post-neolíticamente complejo y anodino
maldita la flor
que no explota con su musculatura cromática
sobre mi torpor
maldita la música
que en su perfecto y redondeado aleph
me excluye
maldito el amanecer pero con todos
sus gallos pavlovianos
maldita la tarde
y sus dustas y orgullosas hormigas
maldito el poeta
de voz dulce y semen agrio
por no abarcar el infinito con la palabra
ni aplastar la carne con la mano
por no irrumpir en la obcenidad
total del verbo
maldito el criminal
maldito el loco
por no desangrar el acto
o abortar la risa
maldito al fin vos Orfeo
y tu impotencia para arrastrar a la muerte
bella o fea deslumbrante o fláccida
hasta todos nosotros

GISELLE CAPUTO

EL PERRO NUESTRO DE CADA DÍA

Es como si las bolsas de plástico
se hubiesen puesto de moda para los muebles
porque para qué recordar a los muertos
y juntar polvo en la casa
Las telarañas emigran
y las hormigas hacen lo suyo:
se llevan la última miga
de un hogar, dulce hogar
Mamá cocina, barre, y me mira
con la sugerente pupila del plagueo,
y cuando pasea por el jardín
es porque anda buscando nidos vacíos
Pero cuando vuelve el chasquido del portón,
ella sonríe, el perro entra y nos pregunta
si hoy nos sobró un poco
de nuestro absurdo pan de cada día.

EDU BARRETO

Me crucé con un chico de ojos distantes
y no le pregunté su nombre…
Fue cerca del Mercado.
Desde ayer voy a comprar
cosas que no necesito:
Una corbata,
diez berenjenas,
anatómicos a rayas
para ver si me lo encuentro.
Pregunté al policía.
al carnicero,
a la vendedora de huevos…
Sólo recibí insultos.
Nadie distingue ojos distantes
si está perdido en el ruido.
Subí a los colectivos
y pregunté si alguien vio
al chico de ojos distantes.
Nadie respondió.
Sólo recibí empujones.
Fue inútil
Ni en el Mercado, ni en los colectivos
nadie ve ojos distantes
en esta ciudad de ciegos miserables.

AMANDA PEDROZO

POEMA
(Fragmento)

Hemos abierto sin permiso la pulpa ruidosa de las calles,
rompimos el silencio descarado de las cárceles,
hemos, compañero, penetrado en las vísceras de la paz,
la conocemos.
Que nos digan ahora que es una rosa blanca
perfumando el cansancio de mil genuflexiones diarias.
Que soporten los párpados sin ojos,
que nos miren no mirando.
Bien que nos hayan dejado solos, compañero,
que no hayan pintado las voces para señalarnos,
que habiliten un rincón para el nacimiento de las heridas,
que suden nuestro miedo.
...Date cuenta, compañero, de que el barro nos llena loscomienzos,
ya no es bastante el mordisco del miedo y la costumbre.
Estamos solos y todos estamos solemnes como esperandoel grito repentino.
Pero alguien canta en la primera piedra
y el celular abrazo se deshace en estallido de ausencia.
Estamos solos, el hueco es hondo, demasiado nuestro paraque rompamos el abrazo,
ya nos parecemos a la muerte que nos sepulta todos los días,
y sin embargo, compañero, lo mismo bajo el llanto,estamos esperando.

JORGE CANESE

CONFIESO QUE HE PECADO

PADRE: he pecado,
he pecado gravemente
contra las leyes de Dios y de los hombres,
he robado a mis vecinos,
les he sacado sus tierras,
les he quitado el pan de la boca
a sus hijos y a sus mujeres encinta.
PADRE: he pecado,
he asesinado a los horneros,
he destruido sus nidos,
he bombardeado canchas de fútbol
y matado innecesariamente
a sus hinchas indefensos.
PADRE: he jugado a tantos
que ya no llevo cuenta,
los he enloquecido poco a poco,
con mucho oficio;
he manchado a sus mujeres
por orden -padre-,
todo ha sido por orden superior.
Bien,
vete en paz, hijo de puta,
ego te absolvo
in nomine patris,
et filii
et spiritus sancti
amen.



PÁGINA 13 – NARRATIVA

GIANINNA RAMOS MÉNDEZ
(Paraguay)

SIN FLASH

Cuando la cámara fotográfica llegó al innominado y olvidado pueblo, la gente se agrupó a su alrededor para intentar desentrañar a ese misterioso aparato negro. El concepto de Fotografía no existía aun en su vocabulario, y entender la magnitud de lo que tenían enfrente era inconcebible. Más lo miraban por curiosidad y extrañeza que por admiración.
El Innovador, como lo llamaban, mostró a todos los presentes un papel estampado con la imagen de una mujer desconocida, trazado con una precisión detallista y exacta..., realista en comparación a los retratos pintados que estaban acostumbrados a ver.
En alta voz y despampanantemente comentaba el último gran invento del ser humano: “..una máquina capaz de captar un fragmento del presente, trasladarlo mágicamente al papel y conservarlo allí para toda la vida y el fin de los tiempos... ¡un fragmento materializado de nuestra memoria”.
Todos gritaban por uno, ¡querían guardar sus yos diminutos en ese papel!; con el público ya efervescente por su cámara, el hombre indicó que con gusto les tomaría una fotografía a un “precio irrisorio”
Callaron al escuchar el precio; lo que él consideraba irrisorio, para ellos equivalía a más de lo que ganaban en un mes.
Se miraron. La exagerada curva de la sonrisa del Innovador se tensó cambiando a una mueca. Comenzaron a murmurar entre sí. Decepcionado, el hombre fue guardando sus bártulos y el estrafalario aparato, hasta que un
“¡espere!” lo detuvo.
Todos querían eso que él llamaba fotografía, pero no podían costearlo en forma individual; sin embargo, siendo conscientes de esa gran oportunidad, decidieron que cada uno daría un poco de su dinero y juntos saldrían en esa
imagen.
El Innovador sonrió nervioso y negó con la cabeza fingiendo pesadumbre. No, no podía hacerlo: “la cámara sólo es capaz de retratar a una persona a la vez”, mintió.
La verdad es que había visto fotografías de grupos limitados, por lo general familias; y aunque le parecía imposible retratar a todo un pueblo por su numerosidad; más bien se negaba porque seguía albergando la esperanza de que, cuando vieran realmente a uno de los suyos retratados, algunos lo desearían con más ansias y terminarían consiguiendo el dinero a como dé lugar a fin de retratarsea sí mismos, aunque le costara una vaca.
Él Desconfiaba de la pobreza que aparentaban. Si podía sacar alguna ventaja, no se detendría. No había recorrido esos campos áridos para ganar una miseria.
El murmullo volvió. “Está bien”, dijo uno de ellos, ”sólo una persona: el hombre más viejo del pueblo en representación nuestra”.
La sonrisa triunfal reapareció súbitamente en el rostro del hombre a la par que frotaba sus manos, contento.
Preparó el espacio adecuado en el pequeño cuarto que le ofrecieron para la gran toma, y sentó al viejo frente a la cámara.
“Relájese y no se mueva hasta que yo le diga”, indicó. Le explicó que al disparar la cámara, un haz de luz blanca, llamado Flash, le iluminaría durante una fracción de segundo, con el objetivo de tener la iluminación necesaria para el trabajo. Tras recibir por adelantado su pago, esperó unos minutos y disparó; el humo del flash los envolvió durante unos segundos, y finalmente la nitidez volvió.
El viejo estaba tirado en el suelo, muerto.
Las personas del pueblo, quienes habían estado expectantes durante todo el proceso, comenzaron a gritar.
¡Había tomado el alma del viejo con su aparato endemoniado! ¡y pensar que ellos casi habían corrido la misma suerte! Lo encerraron en el cuarto y allí lo dejaron, debatiendo su futuro
Solo y consternado, el hombre reveló la única foto que había tomado: el viejo miraba aterrorizado a la cámara, mientras con su mano derecha aprisionaba el pecho donde latía su corazón: El flash le había provocado un paro cardiaco.
Décadas más tarde, un adolescente se apersonó al lugar de la historia. El rumor de que las cámaras captan el alma de quien se pusiera enfrente, llegó hasta el presente, y en la gente del pueblo actual sigue existiendo cierto recelo hacia todo tipo de cámaras fotográficas, recelo que se aviva cada vez que alguien muere tratando de tomarse un selfie extremo.
Siendo Generación Z, él rechaza tal afirmación; pero le resulta interesante para su tarea del colegio, así que decide ir hasta el lugar en donde se originó ese miedo colectivo, con el propósito de, irónicamente, sacar fotos.
Si bien la casucha de aquel tiempo había sido sustituida por una casa que más tarde fue abandonada en extrañas circunstancias, era El Lugar.
Ya en pleno atardecer y sin luz más que una linterna y el flash de su cámara, comienza a tomar las fotos. Toma tres fotografías continuas, y al instante nota que en cada una de ellas aparece una mancha blanca en lugares distintos.
Extrañado, sigue tomando foto tras foto del mismo lugar, viendo que la mancha siempre está, aunque nunca es igual.
Y tras más de una docena de fotos, se rinde. Esas manchas no significan nada, aunque no encuentra una explicación para su aparición.
Ya en su casa, tras terminar ¡por fin! de redactar el ensayo para el día siguiente, observa las fotos buscando cuál agregar, hasta que nota que las manchas fueron apareciendo cada vez más hacia la derecha, aunque él nunca había cambiado el foco de la cámara.
Esperando encontrar un significado, las coloca todas en modo gif.
Ilusionado con lo que pudiera encontrar, realiza un último experimento: superpone las imágenes una tras otra. Se alegra momentáneamente hasta que se da cuenta de que va a pasar toda la madruga reescribiendo su tarea para darle la razón al pueblo, pues había sido que estaban en lo cierto:las cámaras fotográficas captan el alma



PÁGINA 14 - POESÍA AMERICANA: PERÚ

CARMEN OLLÉ

LAS PERSONAS CREEN EN LA SABIDURÍA

A los cuarenta estoy con un palmo de nariz.
Me apena haber leído tanto y no haber consumado
el placer. Regenta de mi cuerpo, de esta piel bajo la
que fluye el aceite.
Nada a mi alrededor, sólo una hija tierna
- benignos otoños -
Finjo lo que no sé, soy una actriz, mi trabajo
es perverso. He amado menos de lo que supe amar,
en las tardes es el silencio; de noche, el silencio
y el sueño.

DOMINGO DE RAMOS

CHINA POP

Un hombre se desgracia
Una mujer que vuela y cose pañuelos con claveles a las cinco
                                                                                                   Noticias
Ella viste de negro y en las sienes lleva un pájaro salvaje
                 Tacones un cerquillo húmedo y esos ojos
y noticias que llegan y se sirven en las mesas
para manjar de moscas y fotos y cámaras
                 Y tu duchándote Catalina
leyendo mis novelas favoritas
De espalda como una tersa erosión en la cama
He de olerte
                  mientras aquí todo se mueve
y tu diestra ambigua
                  Tubular tu falda floreada bajo la garúa plástica
como un dolor que mata me voltea
                   entre sueños y resplandores de metralla
Oh y aquella cobardía
                  Disección                          Radio
sobre el flujo nacarado
                                        Bocanada Asma Catalina
Xanax en el corazón y esa desnudez mía y tuya
                  Cielosolo
Los rescoldos incurables de la borrasca
me dejaron sobrio y enfermo
                 como una tableta de luna
en el vaso
                 Y ensabanado a tu nostalgia
en pavimentado lecho
                  a cada oleada acanalada
sentí el frío de tus muslos
Y después un muelle que muge
como guitarra tosca bajo el vientre
y comprobarás que es ficción lo que piensas
tan desagradable como un pan seco en la garganta
o tu delgadez en el viento
como el amor pasa purísimo a la degeneración de la nada
como puré de los niños rabiosos en las fotos de los padres
Obedeces
                    Cinturón vacío
                                               Padre mío negado mío
Katalina
                  El amor es una ficción en el plato caliente
                    de tu mesa
y yo soy el hombre que se desgració
Es difícil confesarlo Pero se aprende
Y me urge arrojarlo todo por el culo
Esta ley inapelable de los mayores
Estrellar el armazón contra el faro
quemando lo que he adorado
adorando lo que he quemado
Te dediqué Katalina pilas de sentencias
                                          Hogueras de libros

DENISE VEGA FARFÁN

la noche me urde con hilos de miseria
más en el centro del gran tejido
soy la araña solitaria
que atrapa palabras como insectos
para succionarlas
momificarlas
para crear más hilos contra los vientos
y murciélagos que desbaratan mi tela
yo enredo sus patas quiebro sus alas
luego con ellas fijo los extremos de la urdimbre
despoblada al fin de maldiciones
guijarros
hojas de algún árbol seco y exterminador
para la noche
para el descenso de la otra araña
que me engulle

EDGAR SAAVEDRA

No fue así como contaron las piedras
y el rumor de los caminos
aullidos que detestan otra noche
la noche que no sirve sino para masturbarse
pensando
en el reino que los barcos temen
y temo hablar de mi sexo
más bello que los árboles
estaba envenenando el homenaje
debajo de las puertas
ahí estaban las bocas invitadas
inútiles materias tiempos que aniquilan los relojes
animal que necesitas agita y fuego
para escapar de tu propia sangre
quien nunca llega quien espera los días del cuerpo
y la lujuria
la mirada insistía en su color de piedra de
cielo de virgen de mármol de noche insuficiente
reunidos en nombre de lo que fue ausencia
y de lo que han dejado a pesar de no irse

DALMACIA RUIZ ROSAS

SI TUVIERA QUE HACER UN TRIBUTO

lo haría para la yerba.
Me gusta su nombre silvestre, su olor
y la suave ligereza que se le impregna
a mi corazón .
Si la yerba no existiera,
Tendría que inventarla. Para mí es el soma,
y creo que si estoy consciente, en mi agonía,
pondré cannabis - como dicen que hizo
D.H.Lawrence- . No tengo hijos
pues tendría que abandonarse
la yerba para concebirlos y con ella
yo soy mi hijo. ¿Aberración?
En la vida uno escoge. Para mí el mundo
era otro antes de conocerla.
Lo dejo todo por ella
Y ninguna otra sensación me entusiasma tanto, ni siquiera
la presencia de otro.
Con la grifa vuelo sobre la ciudad
y la pena de haber conseguido algunas cosas
y la felicidad está más allá de la roja,
ese extraño estado sí es insuperable,
pero de él no se trata esta canción.

JULIO CARMONA

LETANÍA A JAVIER HERAUD

Ay, Javier de las cortas primaveras,
francamente
no he podido,
no he tenido valor
para llorarte. Tú comprendes,
altísimo gorrión, ay, río inagotable.
No te puedo mirar

en mis paredes [todas
las llenas: tu retrato vigila
mis poemas], repito: no te puedo tener
ante mi vida, sin tu sangre quemándome
la angustia, el amor, la rebeldía... Y...
ya ves, cuando quiero llorar
tus aguas rotas, te siento
en mi guitarra; siento
que me impones
su silencio desgarrado
y unas ganas enormes de seguirte
o de odiar
[mejor: seguir odiando todavía]
las gorras y las botas y
su correo negro
que vaciaron tus aguas
a ese río
de ti inagotable.
Me ha sucedido siempre,
Javier de eternas alboradas,
siempre que tu presencia
me renace en el pecho,
en la camisa,
en el sol
que voy tragándome sin asco...
Lo sé y te pido
perdón, hermano mío,
por no poder llorarte todavía,
por no poder decirte:
Camarada,
'Las montañas,
los pájaros
y el mar
para siempre nos
pertenecen.'



PÁGINA 15 – NARRATIVA BREVE

J.M. TAVERNA IRIGOYEN
(Santa Fe-Argentina)


APOTEGMAS
A Pablo, Alejandro y Mariano:

hijos tan queridos.

La aristocracia del saber es la única que cabe bajo el baldaquín de la cotidianidad. Simple y a la vez augusta.

******

Sabiduría es entender la sencillez del sabio.

******

No hay arte pequeño; lo son en cambio los hombres que se acercan a él con mezquina vocación de grandeza.

******

Los juegos de artificio de la astucia sólo sirven para convertir al engañador en engañado. ¿Acaso la verdad necesita argumentos para imponerse; acaso el bien es postergado por el sólo hecho de serlo; acaso la virtud ha caído en desuso? La astucia actúa por carencia de unos y de otros…

******

Poco nos asemeja, de padres a hijos. De la misma raíz, damos sombras diferentes bajo un mismo sol…

******

Hay caridades que no van ligadas a la limosna. Son las auténticas, las que vienen desde adentro y no necesitan voz.

******

Templar el carácter no es una fórmula. Antes bien un imperativo de conciencia, para alivianar los trances adversos.

******

¡Ay de los soberbios! Hacen una caricatura de su propio orgullo, enceguecidos por las cuencas vacías de la vanidad.

******

También en la vida el peor castigo es convertirse en el propio verdugo.

******

Deificar las cosas es tan grave como llegar al olvido de Dios: por propia suficiencia o por vacío espiritual.

******

Hay un cinismo de lo correcto.

******

El científico que escapa de su propia realidad en aras de investigaciones que van más allá de los mundos insondables, generalmente agoniza al lado de sus más brillantes descubrimientos.

******

Hay dos clases de verdades: las que se imponen por sí mismas y las que necesitan ser explicadas para existir como tales.

******

El templo de la adulación tiene luces prestadas.

******

Toda aventura está ligada a la juventud de la sangre. El anciano pierde el espíritu para regocijarse con los vaivenes del arrojo: sólo le atrae la calma de los días iguales.

******

Belleza tan exacta y tan aguda, tan idéntica a sí misma, la de la nostalgia.

******

La nostalgia es como un musgo tenso y secreto que crece sobre las claridades del recuerdo.

******

El bien de Dios no es para todos los hombres, aunque Él nos lo conceda por igual.

******

Los malos honran a los buenos. Por las antípodas.

******

No hay bondad que no se transparente. Más allá de los actos.

******

¡Tantas veces la verdadera audacia no está en dar voz, sino en saber silenciar a tiempo el grito de la denuncia!




PÁGINA 16 - POESÍA AMERICANA: CUBA

ÁNGEL MARTÍNEZ NIUBÓ

 —recetario—

(manténgase alejado del alcance de los niños) 
yo procurador perseguí las puertas distantes prohibidas
ante el mal y el buen tiempo
yo el fiel me negué al asombro de ceremonias
y al miedo de los siglos
yo amante de muchachas heridas
por antepasados
yo el perseguido único responsable del dolor
y la suerte 
de mi madre
yo cama uno sala cinco hospital psiquiátrico

DAMARIS CALDERÓN

ASTILLAS
A mi madre

Mueres de día. Sobrevives de noche.
Paisaje de guerra
de posguerra
paisaje después de la batalla.
Piedra sobre piedra donde sólo se escuchan, en la
 (noche a los gatos,
a las parejas de amantes que no tienen dónde meterse,
chillando.
Basuras, hierbas ralas, trapos, condones
aristas de latas con sangre.
Cuando salgo a la calle
como otro artista anónimo del hambre
más de algú cuerpo ha roto la fingida simetría
con un salto mortal.
Yo me sentaba en tus rodillas.
No me daba vergüenza, Sulamita
tu cabello de oro de ceniza.
Extranjeros ridículos colgando
sobre árboles inexistentes.
Hace frío.
Las cortezas sangrantes del otoño aprietan como una mortaja.
Si me siento a la mesa
el vacío es demasiado inmenso para poder rasparlo
con una uña.

ARÍSTIDES VEGA CHAPÚ

CAMINO A CASA

El paisaje es mucho más veloz que mis pasos,
apenas puedo retener las sensaciones que producen.
En corta travesía desde los ojos
al centro de mi corazón las olvido.
En las tardes y por los raíles
con que el sol se afianza al pavimento
los pájaros descienden solo para mostrar la rigidez
con que la muerte se apodera de sus diminutos cuerpos.
Escucho el áspero sonido de su agonía, el desamparo
de sus patas adormecidas
que no encuentran superficie a la que aferrarse.
Caen lentamente, sin fuerzas para flotar
sobre el pequeño espacio de sombra
que proyecto a mi paso.
No hago otra cosa que intentar avanzar
entre personas que desconozco y me saludan afables
como si contaran con mis sensaciones
para comprender los disímiles paisajes
que se muestran camino a casa.
De espaldas al Palacio de Justicia
altísimas columnas de grisáceo mármol
o polvo de hueso humano,
que muestran sus grietas como viseras,
no podrán seguir sosteniendo la estatua
de José Miguel Gómez.
Bajo este vigoroso sol su hierática pose parece tan falsa
como la mirada que esculpieron
en el hondo vacío de sus ojos.
Hay un árbol, en alguna de esas escasas imágenes
que conservo,
cuyas hojas secas persisten en permanecer
delante de la luz tal y como si fuesen la contención
entre el paisaje y ese otro paisaje
que distorsiona el horizonte.
Todos sabemos qué ha de ocurrir
cuando el áurea de luz,
cruzando como ejército victorioso,
se apodere de la fragilidad de las hojas
destinadas a caer y conservar las huellas de aves
que escogieron la sombra del árbol para morir.

ILEANA ALVAREZ

QUE HAY EN MÍ QUE TANTO ASUSTA

La líquida pradera de mi infancia
a borbotones se desliza por las grietas
del día. En la albura del paso otro color
se asienta como una mordedura.
Callan mis manos cuando el viento bate
derramando en la estela los límites del sueño.
Callan los riscos por mi párpado abierto
como un ave en el crisol de la mañana.
Y la pregunta se adueña de mi gesto,
sobre mi pecho blande su oriflama como lanza:
¿Qué hay en mí, mi Dios, que tanto asusta
y en alfanje o badajo torna la mano
apenas venda, fruta, cuerda, azada?
¿Quién me anuda la voz sobre el filo del pétalo,
la asemeja a la roca, a la espina en el ojo
de la ausencia? ¿Quién hiere al animal
de trazo torpe que me acerca al contrario?
¿Quién boga sobre el ojo de mi angustia
y doblega la selva de nítidos contornos?
Dios, entorpece el silencio, tu música.
Tú que has visto esos hondos rincones
encallados al alma, el vuelo antes del vuelo,
la muerte alzada sobre un arco de luz,
dime: ¿Qué hay en mí que tanto asusta?

WALDO LEYVA 

EL INOCENTE OJO DEL ANTÍLOPE

Un tigre salta de la piedra.
Vuela un ave que ignora la angustia del vacío.
Ciego es el pez, su pupila es el agua
y muere herido por el aire.
La lombriz puede ser reina de la altura

y deshacerse el árbol
en el vientre insaciable del insecto.
A la cruz del comienzo clavado sigue el hombre.
Sangra. Puede ver aún el rostro de los otros.
Ni dios, ni ventanas azules,
ni el inocente ojo del antílope.

CARMEN HERNANDEZ PEÑA

Nada en la voz de la cigarra indica
cuán pronto ha de morir.
[Haikú japonés]

MORIR NO ES DESCENDER:

el cuerpo escapa
cual cáscara vacía
que deja la serpiente en sus andares.
Yo tengo un nombre largo impronunciable
digo mi Nombre el Mío...  el Verdadero
un grito
años de Brahma sobre mi frente.
Hombres...  yo he perdido el amor
pero los amo
/la doblez y el amor... eternalmente juntos/
mi cabello…  largo como una blasfemia
y mi garganta azul…  una pedrada.
Hombres...  yo nada puedo hacer para salvarlos
miro los astros
y soy también los astros
miro a mi madre
y soy también mi madre
y un elefante
que no es grande ni pequeño
es solo un elefante
sobre la palma de mi mano.
Grabo los nombres de Dios sobre tablas de arcilla
en los cristales de los autobuses
y en el ojo de buey de un barco sin retorno.
Sal y sol en la sangre
poetas
hiladores de vidrio comiendo una manzana
entorpecen mi paso.
La vida es un presente griego
en donde canta y miente una cigarra.
Hombres...  lo juro...  yo nada puedo hacer para salvarnos.




PÁGINA 17 – ENSAYO

PEDRO SALVADOR ALE
(Argentina/México)

LA DISCRIMINACIÓN DE LA INTELIGENCIA

¿Qué fue de los sueños? ¿Qué fue de las utopías, de los ideales?
¿Qué es lo que depende de nosotros? Epícteto invitaba a todos los hombres a tomar consciencia de su poder, a fin de que renunciaran a modificar lo que no dependía de ellos, sin embargo, esto no implicaba bajar los brazos, no actuar, el hacer todo lo que le corresponde a uno mismo, hasta lo imposible.
Es cierto que en cualquier circunstancia la realidad cambia y la acción se ve afectada, por ello no hay recetas, pero la invocación de la suerte sirve con mucha frecuencia de pretexto para tener la conciencia tranquila, sobre todo cuando falta el deseo de luchar, la voluntad y el carácter.
Digo esto, porque nos hemos olvidado que todos éramos genios hasta los siete años y después elegimos parecernos a otros, movernos como las mayorías, pensar como todos, nos olvidamos de ser “uno mismo” y comenzamos a convertirnos en mediocres.
¿Qué fue de los sueños? ¿Qué fue de las utopías, de los ideales? Hemos elegido una muerte anticipada, sin sudar la camiseta, cuando todavía corre sangre por las venas, cuando aún al corazón le brotan palabras para contar otra historia, porque vivir no es solo durar, sino participar, ser un protagonista en la realidad.
En la historia de la humanidad siempre hubo sobrepoblaciones de ignorancia y de analfabetismo, de barbarie y de salvajismo, que en muchos casos, el individuo como tal, lo vivía con humillación y con lastimosa vergüenza. Pero jamás se había visto tanta incultura y estupidez como en este siglo, donde padecemos la torpeza de gente que se jacta de no leer: con arrogancia expresan su bajeza diciendo que la cultura no les interesa, así, ellos mismos eligen no tener ninguna diferencia con los animales.
Y también se trata de no atribuirle poderes a la fortuna o a la suerte o al azar: ante los bombardeos de idiotez y las explosiones multiformes de odio, cuyas víctimas impotentes parecen sufrir los efectos sin poder actuar sobre sus causas, viene la idea de que las guerras son fatales, de que la miseria no es más que mala suerte, de que tenemos los gobiernos que nos merecemos: esto se basa en omitir la responsabilidad, que es educativa, ética, humana, tiene que ver con “responder” o no a lo que nos pasa.
Los analfabetos funcionales de hoy son más peligrosos, porque saben leer y escribir, pero no lo practican. El problema es que cada día son más, y la sociedad embrutecedora de consumo los protege, piensa sólo en ellos, en darles programas y noticias para esa gente que no lee ni piensa, que no le interesa la cultura ni la educación.
El mundo está hecho para esta superficialidad, para que esta masa chata de ideas y de sensibilidad dirija su engorde con basura cada día. Señoras y señores, ¿qué será de nosotros? Está prohibida la profundidad, la belleza del pensamiento, la imaginación y la inteligencia, para el sistema actual son enfermedades del pasado.

SUPLEMENTO INFANTIL Y JUVENIL



PÁGINA 18 –PROSA POÉTICA

NORMA SEGADES-MANIAS
(Argentina)

ACERCA DE LA ALDEA.

Conserva un suave gesto de abandono,
los rasgos de la ausencia
apresados en el óvalo de un viejo relicario
como aquel rizo opaco que nadie reconoce.
Es un rostro entre azogues,
una fotografía en tonos sepias de algo que ya no existe,
que jamás ha existido salvo en la desmemoria de encajes,
terciopelos,
abanicos de nácar,
peinetones,
zarcillos.
Hacia la plenitud de los cereales,
el sur le extiende su actitud de pan,
de lluvia sin cerrojos;
le entrega sus corolas de ceniza,
su estambre de humo espeso.
El sur es una dalia advenediza que enciende lejanías
por donde migran ángeles y dioses
tal y como si fueran hojas secas en el advenimiento del otoño.
Hacia el norte acontece el reino del delirio,
el perfil de un silencio que aúlla como ortigas
o eclipses
o cigarras;
como el vientre desnudo de los cardos reclamando otro cáliz,
otro estambre desde donde parir las soledades,
la impenetrable angustia de la sed y la espina.
Hacia el norte sucede el seco territorio del olvido.
Las espadas vinieron a fundarla en medio de sus ríos.
La pensaron albatros, golondrina.
Ella tuvo actitud de mariposa.
En las manos cruzadas sobre el pecho
retiene el mismo gesto desvalido
de quien ya no recuerda las sílabas estrictas que aluden a la luz de la esperanza,
conjuran algoritmos
o naufragios.
El gesto desolado de quien clausura cielos y horizontes
con urdimbres de espesas telarañas
impidiendo a los duendes sobrevolar la tarde,
custodiar las palomas,
amparar los follajes de campanas.
Por eso cuando trepan las auroras sobre la arboladura de los templos,
cuando el reloj del claustro amnistía los trinos con su dedo de sombra,
cuando las aves nacen al arrullo,
al hambre cotidiano;
escarba con las uñas debajo de los sueños
en busca del idioma que la nombra
por su nombre de santa.
El nombre que tatuaran las leyendas en registros, archivos y sepulcros.
Las espadas llegaron a fundarla en medio de la nada.
La pensaron camelia,
siempreviva.
Ella escogió lo efímero y salvaje,
la silvestre humildad de las verbenas.



PÁGINA 19 –POESÍA

MARIA ELENA WALSH (1930-2011)
(Argentina)

COMO LA CIGARRA

Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aqui
resucitando.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal
porque me mató tan mal,
y seguí cantando.
Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.
Tantas veces me borraron,
tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui
sola y llorando.
Hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé después
que no era la única vez,
y volví cantando.
Tantas veces te mataron,
tantas resucitarás,
tantas noches pasarás
desesperando.
A la hora del naufragio
y la de la oscuridad
alguien te rescatará
para ir cantando.



PÁGINA 20 – CUENTO JUVENIL

MARTHA OLIVERI
(Argentina)

HARICOB -El último duende.

Cuando llegó el otoño a la ciudad los duendes del Bosque Dorado decidieron partir hacia sus tierras “Nada tenemos que hacer ya aquí, los niños nos han olvidado, nadie podría devolverles la magia porque la niebla gris los adormece. “vuelve con nosotros “le dijeron a Haricob , el duende más obcecado, un idealista, como solían decir los doctos del realismo, un idealista sin más remedio. Y era cierto tan cierto que ninguno de los duendes ni el más sabio logró convencerlo de su despropósito.
Y así Haricob se quedó en la ciudad muy a pesar de la opinión de sus hermanos.
El duende permaneció cobijado dentro del árbol , en tanto los otros emigraron hacia el bosque de los árboles dorados.
Haricob pasó el otoño mirando la lluvia crepitante de las hojas, intentando hacerse ver entre las plazas, INÚTIL, ni los niños, ni los adultos, ni los ancianos. nadie lo notó cuando hacía bufandas en el arenero, o realizaba pases de magia sacando unicornios diminutos de su sombrero de duende.
De modo que a fuerza de ser ignorado, se enfermó. y comenzó a ponerse transparente. Este es un síntoma particularmente grave entre estas criaturas. Pues es sabido que cuando un duende comienza a ponerse transparente corre el serio riesgo de desaparecer. Un hecho muy difundido entre las sensibles almas de las olvidadas fábulas..
Así,con gran tristeza , en su camita de hojas, Haricob vio llegar el invierno. Nadie quedaba ya en el viejo parque,y el duende fue sólo un contorno, una niebla temblorosa cubierta de hojas de otoño en su casita -raíz.
Una noche particularmente cruel ,el viento se arremolinaba entre las ramas desnudas llevaba en su gabán de aire,las pocas hojas que quedaban y las más frágiles ramas caían exhaustas ante su aliento implacable.Haricob confuso por la fiebre recordó en un destello a sus hermanos duendes danzando en el bosque de los arboles dorados y se dijo "sin duda es el fin" luego cerró los ojos para dejar que la muerte lo acunara en un último vaivén antes de conducirlo hacia el jardín de los abismos.
Pero sucedió que repentinamente las ventanas aletearon con furia y una luz intensa entró por ellas inundado toda la casita-raíz. Era nada menos que el ángel de las siete alas que visita a los duendes moribundos. También llamado el Emisario del arco-iris
Y el ángel rozó con sus alas a Haricob, tocó tres veces el cascabel de la lluvia. y puso sobre la niebla frágil de su cuerpo la luz de un pequeño amanecer llovido que parecía un corazón latiendo.
Haricob abrió los ojos y su cuerpo poco a poco fue recobrando su lozanía.
El ángel puso sobre su mano una pluma y le dijo.:
"Esto es lo que te encomiendo:
Quédate en la raíz hasta que salga la primera luna de primavera,
entonces cuando la veas erguirse en el cielo teñida del color de las amapolas, saldrás de la choza.”
Y el ángel miró con tristeza el parque a través de la ventanita.
“Porque he de decirte que habrá un gran incendio en la ciudad y sólo se salvarán los buenos,los justos, los puros de corazón y de eso sabrás porque aquel a quien toques con tu pluma será salvo. el resto no sobrevivirá”
Y así dicho, el ángel vuelto luz, destello relámpago de antiguos arco-iris, desapareció por la ventana.
Así pasaron los días de invierno entre vientos y pálidos recuerdos.
Finalmente una noche, la brisa se dejó sentir tibia y el duende pudo ver como un disco bermejo en el cielo, la luna anunciada “.Esta es la noche” se dijo. y salió sin olvidar la pluma que le legara el ángel.
Más allá del parque comenzaba a divisarse el contorno de las primeras llamas.
Y Haricob vió en el arenero a un muñeco abandonado , casi irreconocible por el lamentable estado en que lo habían dejado, su pluma lo rozó, y las palabras salieron como dictadas por una antigua voz ya olvidada “ levántate pequeño muñeco porque habrá un gran incendio en la ciudad y sólo se salvarán los buenos, los justos, los puros de corazón" el muñequito se incorporó y caminó con paso tambaleante colocándose detrás del duende..
Haricob vio entonces a una paloma que abría su pico agonizante y repitió las mismas palabras..
" Levántate palomita porque habrá un gran incendio en la ciudad y sólo se salvarán los buenos, los justos, los puros de corazón"
y la paloma comenzó a mover sus alas y se unió a Haricob.
Y así la pluma del ángel fue rozando uno por uno a los inocentes de la tierra hasta que se formó una gran caravana, incluso los árboles salieron de sus prisiones de piedra para seguir al pequeño duende: también aquellos que dormían dolientes entre las bolsas de residuo, los que nada ya tenían que perder, hicieron una gran hilera que se abrió rumbo al bosque de los árboles dorados.
La ciudad entera ardió en llamas cuando Haricob cruzó el camino allí donde lo esperaban sus hermanos los duendes.
Entonces fue el primer día...



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